Fase de falsa seducción

Esta primera fase del mobbing es una fase caracterizada por el tanteo. En ella, el acosador evalúa a su futura víctima, estudiando sus cualidades y buscando sus puntos débiles. El acosador se acerca a la víctima de forma amistosa, buscando averiguar todo lo posible sobre su personalidad y su vida personal. Para ello proyecta una imagen de persona amable y bondadosa. Esta imagen, que suele proyectar a todo el grupo, hace que todos hablen bien de él y que la victima acabe confiando en ella y que no pueda prever los futuros ataques.

Uno de los objetivos del acosador en esta fase, además de adquirir toda la información posible que necesitará para realizar el acoso, es comprobar que la víctima es asequible, es decir, que someterla al mobbing no le acarreará ninguna consecuencia negativa en el plano personal ni profesional. Los acosadores son cobardes por naturaleza, usan el engaño y la fuerza del grupo para sus ataques. Nunca se arriesgarían a atacar a alguien que pudiese enfrentárseles y salir victorioso. Por ello, realizarán una serie de acciones para comprobar que la víctima no tiene un estilo confrontativo, como por ejemplo, provocarla en público atribuyéndose alguna acción que la víctima le ha relatado.

Normalmente la víctima se queda tan asombrada que no reacciona, ya sea porque no comprende cómo el acosador puede mentir tan descaradamente o por qué no quiere despertar en el otro una reacción agresiva al desenmascararle delante de los demás. Esa es la reacción que estaba buscando el acosador. Con la inactividad y el miedo al enfrentamiento, la persona está demostrando que es una víctima asequible y quedando expuesta a las siguientes fases del mobbing.


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